martes, 18 de diciembre de 2012

Sobre el amor y otras pequeñeces como la Navidad

Estoy convencida de que el amor está relacionado con tocarse mucho. De los tocamientos impuros hablaremos (o no) otro día, hoy solo hablaremos del amor necesitado de contacto, de abrazos, de besos, de caricias, de afecto. De ese amor puro e innato que no te enseñan en ninguna parte, sino del que sientes porque sí, incluso mucho antes de saber ponerle un nombre a lo que sientes. Amor incondicional, del que se enfada y hace que odies un poco al que amas cuando te enfadas. Del que hace desaparecer tu rencor en milésimas de segundo en la misma proporción. Las personas que se quieren mucho se abrazan mucho, se necesitan mucho, de pensamiento o de acción. Y hay amores que nacen para ser contemplados y aprender de ellos. Doy gracias a Charles y Vincent Chevalier (hermanos ellos) por sus esfuerzos para que más de 100 años después madres como yo pudieran captar momentos como este.

Este es mi regalo para los que nos veis. Por un 2013 que esté lleno de amor y de abrazos. Por un 2013 infinitamente mejor...