viernes, 18 de julio de 2014

Life is good


Cada día que vamos a la playa, tengo que forzar a Salva para que entre en el agua, cada día desde hace 12 años. Durante mucho tiempo la sobrecarga de estímulos que le suponía ir allí, nos impedía frecuentarla porque para él era una tortura: el sonido, el calor, la gente, la textura de la arena... La palabra es perseverancia y el firme convencimiento de que una vez que lo pruebe le va a gustar.

Da igual el diagnóstico, yo me veo reflejada en cada línea de este vídeo como madre de una persona con discapacidad intelectual con serias dificultades de adaptación a los convencionalismos y a las novedades. Pero siempre hay algo que les conecta y les trae a este lado del espejo, donde los que miramos perplejos solo somos simples interpretadores.

Luchar contra enemigos visibles es relativamente "sencillo". Luchar contra los enemigos invisibles que asaltan la cabeza de las personas con diversidad funcional es un reto, tanto para los que nos vemos arrollados por la ola de su presencia y como para los que voluntariamente deciden ayudarnos a convivir con sus miedos y con los nuestros.

Hay una delgada línea roja entre lo que la vida es y lo que quisieramos que fuera. Al final es más fructífero transformar esa línea en un lazo, para que nos una en un universo conjunto, de espacios comunes, de fantasía por explorar... La vida es buena, la mires como la mires.