lunes, 23 de mayo de 2011

La anécdota del mes

Ayer estuvimos en un bautizo, yo sola con los peques porque padre fue presidente por un día, aunque sea en una mesa electoral. Estábamos en la ceremonia y el cura llamó a mis hijos para participar en el momento acuático, los puso a su lado y a Salvador le dio la vela bautismal. Yo me temía lo peor, pensaba "este le va a dar un soplido y se va a poner a cantar cumpleaños feliz, ya verás...", pero no. Le dio la vela al padrino aun encendida, y luego cada uno sostuvo una cajita con los santos oleos colaborando como dos monaguillos ad hoc.

Ya en la comida el cura estuvo sentado con nosotros y (creo que sin saber que yo era la madre o se hizo muy bien el despistado) comentó que era la primera vez que tenía un ayudante que además de sujetar la vela llevaba una brocha en la mano y que ponía tanto empeño en limpiarlo todo. Mi tía (ya mayor, cerca de 80 años) le debió decir algo de que Salvador es un ser humano bastante singular, por lo bajini, porque ipso facto añadió eso de "el monaguillo es, pues, un angelito del cielo". Y yo casi, casi añado "mire usted , Padre, a mi hay días que me dan ganas de practicarle un exorcismo", pero me mordí la lengua. A veces no soporto la discriminación positiva.

1 comentario:

  1. Pues debiste decirlo.... y de paso practicarle un exorcismo al señor cura.... La discriminación positiva, no es más que otro tipo de discriminación, un poco más sutil. O no, según se mire....
    Un beso v.a.

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