Había esperado todo el verano para hacer una entrada de blog triunfal de tu primer día de clase... pero como soy un mar de inconstancia mental he pensado que casi mejor lo escribo hoy por si mañana estoy tan ñoña que me impido a mí misma lucirme como te mereces.
Y es que, hijos míos de mis entretelas, mañana empieza el resto de vuestras vidas. De Eloy albergo las dudas típicas... ¿se adaptará?, ¿caerá en clase con sus compañeros?, ¿le gustarán las asignaturas?, ¿vendrá, por fin, a almorzar a casa desfallecido pidiendo doble ración de lentejas?, ya sabéis, todas esas dudas existenciales que a todas nos asaltan alguna vez en la vida... De ti, Salva, albergo un deseo: que seas tan feliz en el instituto como lo has sido en el colegio, que te quieran tanto como te han querido siempre... que cada profesor acabe conociéndote por ofrecer al mundo la sonrisa más radiante, la mirada más pura y el torbellino emocional que eres cada minuto del día. Que cuando llegue el momento del adiós (dentro de muchos, muchos años) haya personas también allí que digan "¿y ahora qué vamos a hacer sin ti, Salva?".
Cambia todo. Cambias tú, tan delgado, alto y protestón como un adolescente de 14 años... tan ensimismado a ratos, tan elocuente en otros... de la risa al llanto, de la broma al enfado, del abrazo al "qué pesada eres, mamá" en fracción de segundos... Cambia la escolarización. Ojalá la inclusión plena contemplara no dejarte en el aula ordinaria escuchando sin entender durante 6 horas lo que dicen en matemáticas, francés o biología. Pero a veces hay que mirar con realismo el sistema y adaptarnos a lo que hay. Lo que sí te prometo es que lucharemos para que tu nueva aula específica, tu nueva escolaridad, no sea un gueto, y sí un aula abierta y participativa, donde tú y tus 6 compañeros forméis parte del entramado social que es el instituto. Te lo prometo yo y todas esas personas que te quieren y que están allí para velar por ti y que te esperan con los brazos abiertos...
La vida es una sucesión continua de "ahoras".... y bien saben los astros que hemos superado muchísimos ahoras, muy intensos, muy duros, muy viscerales y apasionados para llegar hasta aquí. Pero ya está. Ya lo has conseguido. Mañana empiezas el instituto en el que fue mi instituto... y yo que nunca fui de pedir retrocesos en el tiempo, quisiera por un segundo volver a tener 14 años y entrar contigo de la mano para sentarnos juntos a comernos con patatas el resto de nuestros días.
Y es que, hijos míos de mis entretelas, mañana empieza el resto de vuestras vidas. De Eloy albergo las dudas típicas... ¿se adaptará?, ¿caerá en clase con sus compañeros?, ¿le gustarán las asignaturas?, ¿vendrá, por fin, a almorzar a casa desfallecido pidiendo doble ración de lentejas?, ya sabéis, todas esas dudas existenciales que a todas nos asaltan alguna vez en la vida... De ti, Salva, albergo un deseo: que seas tan feliz en el instituto como lo has sido en el colegio, que te quieran tanto como te han querido siempre... que cada profesor acabe conociéndote por ofrecer al mundo la sonrisa más radiante, la mirada más pura y el torbellino emocional que eres cada minuto del día. Que cuando llegue el momento del adiós (dentro de muchos, muchos años) haya personas también allí que digan "¿y ahora qué vamos a hacer sin ti, Salva?".
Cambia todo. Cambias tú, tan delgado, alto y protestón como un adolescente de 14 años... tan ensimismado a ratos, tan elocuente en otros... de la risa al llanto, de la broma al enfado, del abrazo al "qué pesada eres, mamá" en fracción de segundos... Cambia la escolarización. Ojalá la inclusión plena contemplara no dejarte en el aula ordinaria escuchando sin entender durante 6 horas lo que dicen en matemáticas, francés o biología. Pero a veces hay que mirar con realismo el sistema y adaptarnos a lo que hay. Lo que sí te prometo es que lucharemos para que tu nueva aula específica, tu nueva escolaridad, no sea un gueto, y sí un aula abierta y participativa, donde tú y tus 6 compañeros forméis parte del entramado social que es el instituto. Te lo prometo yo y todas esas personas que te quieren y que están allí para velar por ti y que te esperan con los brazos abiertos...
La vida es una sucesión continua de "ahoras".... y bien saben los astros que hemos superado muchísimos ahoras, muy intensos, muy duros, muy viscerales y apasionados para llegar hasta aquí. Pero ya está. Ya lo has conseguido. Mañana empiezas el instituto en el que fue mi instituto... y yo que nunca fui de pedir retrocesos en el tiempo, quisiera por un segundo volver a tener 14 años y entrar contigo de la mano para sentarnos juntos a comernos con patatas el resto de nuestros días.
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