jueves, 24 de mayo de 2012

De hija a madre sin anestesia.

Hoy he leído una frase en el feisbuk de una amiga y me ha recordado al siempre evocador Khalil Gibran. Cuando yo era jovencita un poema suyo decoraba la pared de mi habitación, y como  buena adolescente, "hija incomprendida", lo repetía hasta el aburrimiento como una especie de mantra, para que me sacara del pozo de la incomprensión que me rodeaba.

Más de 20 años después la madre soy yo, y como tal mi misión es usar el arco y lanzar a mis hijos-flechas al mundo. Nadie me dijo que la transición de hija a madre iba a ser tan dura, bueno, miento... me lo avisaron mis padres, pero ahora que lo pienso la que no les comprendía a ellos era yo... Os dejo con Gibran:

"Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.


Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.


Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.


Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad."

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