Hace poco hemos empezado un nuevo proceso, una nueva valoración. Una vez más en nuestra búsqueda por ponerle una causa a su discapacidad que es, debe ser, la consecuencia de algo. Llevamos 8 años buscando, preguntándonos a nosotros mismos y a los especialistas el porqué. Y hasta ahora no hay respuestas porque tras el via crucis de resonancias, pruebas genéticas, metabólicas, tacs y test no sale nada. Nunca sale nada. Hace tiempo leía a una madre en una situación similar a la nuestra que decía que primero ruegas para que no salga nada y luego, pasados los años, tras el periodo de luto que se cierne hasta que lo asimilas, solo deseas que salga algo que te diga porqué las cosas son así.
En estos 8 años me ha dado tiempo a todo: a sufrir, a desgarrarme, a digerirlo y a gritárselo al mundo, como si este mundo fuera el culpable, ya ves... Y ahora vivo esta realidad, resignada pero constante, decidida a conseguir que sea uno más en esta sociedad del conocimiento, algo que sonará a mis compañeros de estudios de Educación Social... que no por avanzada y en constante evolución debe olvidarse de los que por motivos ajenos a su voluntad no pueden subirse al tren de la mentalidad M2.0.
El tiempo es un sanador increible para las heridas del alma, porque esta entrada en el blog no la hago desde el dolor y el enfado, ya no. Ahora soy lo suficientemente fuerte como para cogerle de la mano y pedirle que me enseñe el camino que vamos a recorrer juntos, aunque ello nos cueste repetir su historia con pelos y señales al especialista de turno cada x tiempo.
Gracias por el comentario, la verdad es que no se deja de luchar, porque es un derecho como bien me has dicho tu.
ResponderEliminarNosotros hasta la actualidad habíamos recibido la ayuda, pero ahora con la crisis económica recortan de por todo.