Dentro de muchos años, cuando me decida a dejarme las canas al natural y las recoja en un moñete de abuela, miraré atrás y recordaré las tardes de los jueves con cariño. Ahora mismo, incluso, empiezo a apreciar la necesidad de mis tardes a solas de jueves. En ellas me siento durante dos largas horas en mi coche, con una revista de cotilleos-moda-entretenimientosindarlevueltasalcerebro, mi "Songs about Jane" y lo que me depare el tiempo... Unas veces me doy vueltas por las tiendas, si me llega el presupuesto me compro algo, o le compro algo a alguien... Consumismo en estado puro. Otras me llaman por teléfono y hablo como si en realidad sentara las bases de alguna cátedra, y me escuchan, y parece que lo que digo es importante.
Hoy ha sido una de esas tardes precisamente, lo malo es que tenía delante unos pantalones que hace tiempo quiero probarme, para ver si no parezco con ellos la prima hermana del elefante muerto del Rey y comprarlos cuando los hados sean propicios... Comprus interruptus total, suena el teléfono y me paso los siguientes 35 minutos hablando sobre escolarización, prácticas aberrantes y las implicaciones futuras. Y me he sentido hasta útil. Curioso.
¿Qué es lo que me trajo hasta aquí?, un diagnóstico. ¿Quién en su sano juicio querría estar en mi lugar?, posiblemente nadie. ¿Quién ha aprendido a disfrutar de sus tardes de jueves en otra ciudad?, yo. Porque el problema es mio y me lo como como quiero.
Y ahora que me caigan 50 años más de condena, que yo ya no me siento diferente, puedo ser tan insustancial como cualquiera...
Hoy ha sido una de esas tardes precisamente, lo malo es que tenía delante unos pantalones que hace tiempo quiero probarme, para ver si no parezco con ellos la prima hermana del elefante muerto del Rey y comprarlos cuando los hados sean propicios... Comprus interruptus total, suena el teléfono y me paso los siguientes 35 minutos hablando sobre escolarización, prácticas aberrantes y las implicaciones futuras. Y me he sentido hasta útil. Curioso.
¿Qué es lo que me trajo hasta aquí?, un diagnóstico. ¿Quién en su sano juicio querría estar en mi lugar?, posiblemente nadie. ¿Quién ha aprendido a disfrutar de sus tardes de jueves en otra ciudad?, yo. Porque el problema es mio y me lo como como quiero.
Y ahora que me caigan 50 años más de condena, que yo ya no me siento diferente, puedo ser tan insustancial como cualquiera...
Tú nunca serás insustancial...
ResponderEliminarMientras haya alguien que lea ahí enfrente es posible que siempre tenga algo nuevo que contar... y que dure... Un besito.
ResponderEliminarNo conozco a nadie mejor que tú para decir y sentir las cosas más profundas desde la insustancialidad más absoluta....llumm
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